Los grandes artistas, como los grandes científicos, son una necesidad. Revelan verdades esenciales para que la humanidad avance. A través del intelecto, la emoción, el sonido, el ritmo y la línea, nos imparten su extraordinario conocimiento y nos llevan a comprender las leyes que derivan de él. Arrojan una nueva luz sobre la interrelación entre la condición humana y los misterios de la naturaleza. David Rosenmann-Taub es uno de esos artistas.
“En mi cabeza no hay separación entre la actividad musical, la actividad poética y el dibujo. Casi podría decirle que es como si escribiera en castellano, en dibujo, en música. Jugando con los términos: dibujo con palabras o escribo con dibujos: cada obra tiene su ley: uso el medio que se ajusta más a su expresión.” —David Rosenmann-Taub